lunes, 4 de febrero de 2019

TRAYECTO 1


Recojo tu corazón como en un cuenco,
mientras los árboles rasguñan el cristal
y tu pie roza la pantorrilla equivocada.

En el asiento delantero, dos vidas sin mirarse, observan en la misma dirección.
No funciona la radio       
(no importa mucho si lo que oyes no es lo que habías deseado)

En el trasero, el asiento que nadie quiere,
alguien gime un poco, solo lo necesario,
y luego recorre con su aliento el horizonte,
un horizonte que se acompasa con tu respiración.

 Ya no hay cuenco en el que recoger tu corazón:
se ha hecho astillas mientras acudes en socorro de los que lloran.

Mis lágrimas y mi amor ya no te importan
y eso está bien.
Siempre odié las consecuencias.

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