domingo, 16 de mayo de 2021

Vacunación

 Los pàjaros de mi jardín han vuelto y les ha dado otra vez  por piar.

 Son cansinos pero mi jardín agradece su persistencia.

 Desde que noté que comenzaban a volver han pasado un par de cosas importantes.

Lo primero un año de mi vida.

Lo segundo una pandemia.

 Fue en ese orden aunque sé que pensáis que no me hallo en lo cierto.

Pero en realidad para mí, ahora, es más importante el trascurso de mis huesos que lo que viene de pronto.

Y una pandemia, un holocausto, una guerra, una revolución, lo hace. Todas estas cosas tienen la costumbre de llegar sin avisar. 

Seguramente porque que yo he seguido pensando que es más importante dolerme por mis años que por haber vivido intentando evitar esas cosas.

Y porque me he vacunado contra ellas. Por si acaso.

Porque tengo miedo de morir sabiendo que no hecho nada por evitar tanta desgracia y tanta muerte.

Por si acaso.

Los pàjaros de mi jardín han vuelto a piar.

 Pero ya estoy vacunada contra tanto canto que remueve mi consciencia.

He vuelto a cerrar mi ventana, como llevo haciendo desde que nací.

Ahora ya no los escucho.






domingo, 4 de abril de 2021

Cosas que se piensan, luego se descartan, después se vuelven a pensar y por último ni se sabe.

 Tengo sesenta y tres años. 

Eso significa que he vivido mucho.

Màs de lo que había pensado vivir cuando leí Mujercitas, Una historia en dos ciudades, La Metamorfosis, Damián y Cumbres Borrascosas.

Cuando leí esos libros siempre pensé que seguramente me iría antes de  los cincuenta.

No me preguntéis.

Debió ser porque los protagonistas no vivían mucho más allá.

Luego llegaron otros.

Aureliano Buendía sobre todo. 

Ahí supe que no era tan peregrino pensar llegar a casi los cien.

Pero luego, entre lectura y lectura, cumplí los veinte, tuve dos hijos, me casé, perdí a mi padre y escribí una novela, perdí a mi madre y escribí otra, tuve tres nietos.

Seguí amando a mi Heathclif. Tanto que todavía me despierto en la madrugada pensando que no podemos amarnos. O que no me ama.

Y ahora, después de todo esto que algunos llamarán vida, tengo sesenta y tres.

Y tengo ganas de irme.

Quizás lo haga.

Estoy buscando un relato para poder hacerlo.