viernes, 7 de junio de 2013

Tempus fugit

Debajo de la cama solo barremos polvo.
Miento. Quizás recojamos algún recuerdo perdido.
Un cabello. Un trozo de piel. Un tequiero extraviado..
O un hilo de saliva salpicado de miedo.

Debajo de la cama escondemos misterios.
Nuestro ayer. Fotos en blanco y negro.
Algún que otro insomnio rasgado entre esas sábanas
que duelen cuando una tenue luz nos llega hasta el iris.

Los sábados hacemos limpieza. Pero llegan los lunes.
Y se sigue amontonando el poso de la vida,
debajo de la cama, allí donde habitan las entrañas
de nuestro ser. Allí donde todo permanece.

Hasta que un día, debajo de la cama,
todo se metamonfosee en polvo inerte.