El verbo ser tiene esas cosas.
A veces se abre a las vocales y se engrandece.
Otras se cierra, consonante a consonante y deviene.
Atragantándose, se hace espera uniéndose,
aunque despacio, a hacer y ver.
Se va tejiendo entre intermedios: volver,
poner, estar, sentir. Quizás andar.
Se deshace entre el pronombre y
alumbra gestar, nacer, poner, hace vainica;
junto a encontrar y hallar deviene en sueño.
¡Tanto ser para no ser! Para parecer nada,
Nada en la vocal. Nada en las consonantes.
A veces me pregunto,
(solo cuando estoy sentada en mi sofá y es invierno)
por qué el verbo ser tiene esas cosas.
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